martes, 26 de noviembre de 2013

Introducción - ¿Qué es la Resonancia Magnética?

El fenómeno de la Resonancia Magnética se descubrió a mediados de los años 40. Para ser mas exactos, en el año 1946 E. Purcell y F. Bloch, dos científicos americanos, descubrieron después de realizar numerosos experimentos un fenómeno físico-químico que se basa en algunas propiedades magnéticas de ciertos núcleos que aparecen en la tabla periódica de los elementos. Lo curioso, es que lo descubrieron por separado.
Ambos investigadores descubrieron que cuando sometían a los núcleos a un campo magnético, estos absorbían un una cierta radiofrecuencia y a su vez, la re emitían durante el periodo que duraba la transición a su estado original. La fuerza del campo magnético y la radiofrecuencia debían estar relacionadas por lo que el fenómeno se llamó Resonancia Magnética Nuclear (RMN).
En el año 1972, el Sr. Lauterbur (químico y Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 2003), consiguió obtener la primera imagen en dos dimensiones de los protones de las moléculas del agua. Dos años más tarde, conseguiría producir las primeras imágenes de un animal. Este fue el inicio de una larga contribución a la investigación de esta técnica que a día de hoy continua.

 Máquina de resonancia magnética típica para uso médico

La técnica de la Resonancia Magnética Nuclear (RMN) abarca todas las ciencias experimentales y de la salud, así como las tecnologías. No obstante, es en la medicina donde a marcado verdaderamente la diferencia. Se sabe que, aunque el contraste inherente de los tejidos puede ser manipulado con el uso de RMI (Resonancia Magnética por Imagen) de manera más flexible que con otras técnicas de imagen, en muchos casos se necesitan los llamados "agentes de contrastes" para hacer un buen diagnóstico en base a las imágenes. Estos agentes de contraste son utilizados únicamente cuando no es posible cambiar el contraste inherente del tejido y poseen propiedades paramagnéticas y superparamagnéticas. Los agentes de contraste utilizados en investigación clínica se basan en las variaciones de los tiempos de relajación longitudinales (T1) y transversales (T2) de los protones del agua y/o en la susceptibilidad magnética del agua de los tejidos en donde se acumulan.









lunes, 25 de noviembre de 2013

Funcionamiento

Centrándonos en las aplicaciones de esta tecnología en el campo de la medicina, la RMI es la modo de diagnóstico por imagen más versátil, sensible y potente que tenemos en la actualidad. Su funcionamiento se basa en generar imágenes a partir de secciones muy finas de una manera no invasiva y muy funcional, además de poderse tomar las imágenes desde cualquier ángulo y en un tiempo corto de tiempo. Las principales ventajas que caracterizan este método son: la capacidad de tomar imágenes de modo "multiplanar", la alta resolución de las imágenes que proporciona y sobretodo, que no provoca efectos nocivos ya que no utiliza efectos ionizantes.
La tecnología utilizada en la IRM, consiste en alinear los campos magnéticos de distintos átomos en la dirección de un campo magnético externo donde la respuesta a este depende del tipo de núcleos atómicos. La RMN, utiliza las propiedades de resonancia aplicando radiofrecuencias a los átomos o dipolos entre los campos alineados de la muestra de la que se desea sacar una imagen y permite por lo tanto estudiar su estructura o química.
Los equipos de IRM disponen de un imán capaz de generar un campo magnético constante de gran intensidad, entre 0.15 y 7 teslas. El campo magnético constante es el que alinea los momentos magnéticos de los núcleos atómicos en dos direcciones: una paralela (ambos vectores apuntan en la misma dirección) y otra en la que los vectores apuntan en la dirección opuesta. Los imanes que producen este campo magnético pueden ser permanentes, resistivos, superconductivos o mixtos. La magnetización sólo se puede medir en el plano transversal por lo que la muestra se expone a pulsos de radiofrecuencia y a gradientes de campo magnético variables, los cuales hacen inclinar el vector de magnetización del volumen que se quiere hacia el plano transversal. La radiofrecuencia es devuelta en forma de señal eléctrica. Estas señales descritas, se codifican en fase y frecuencia mediante gradientes para formar la imagen.
La intensidad del campo magnético y el momento magnético del núcleo son los que determinan la frecuencia de resonancia de los núcleos y la cantidad de núcleos que se encuentran en cada uno de los estados. Esta proporción sigue las leyes de la estadística de Maxwell-Boltzman donde para un átomo de hidrógeno y un campo magnético de 1,5 teslas a temperatura ambiente, un núcleo por cada millón se orientará paralelamente y los demás se repartirán equitativamente entre ambos estados. Esto se debe a que la energía térmica de los núcleos es mucho mayor que la diferencia de energía entre ambos estados. El hecho de que haya una enorme cantidad de núcleos presente en un volumen pequeño, hace que esa diferencia tan pequeña sea suficiente como para ser detectada. Después, se emite la radiación electromagnética a una frecuencia de resonancia específica. Algunos de los núcleos que están en paralelo o a baja energía cambiarán de estado al perpendicular o de alta energía y después de un periodo de tiempo muy corto, re emitirán la energía, siendo esta detectada por ciertos dispositivos. Estos dispositivos están formados por bobinas que hacen de antena receptora y emisora, de amplificadores y de sintetizadores de radiofrecuencia. Como el imán principal genera un campo constante, los núcleos que poseen el mismo momento magnético tienen la misma frecuencia de resonancia. Es decir, en una resonancia magnética con estas características será detectada pero mostraría el mismo valor desde todas las partes del cuerpo por lo que no existiría información espacial de donde la resonancia se ha producido. Este problema es resuelto introduciendo unas bobinas llamadas "bobinas de gradiente" y funcionan de la siguiente manera: cada bobina genera un campo magnético de una determinada intensidad y frecuencia. Estos campos magnéticos modifican el campo magnético ya existente y por lo tanto la frecuencia de los núcleos. Si se utilizan tres bobinas ortogonales, se puede asignar a cada región del espacio una frecuencia de resonancia distinta, de tal modo que cuando se produzca una resonancia a una determinada frecuencia, se podrá determinar la región del espacio de la que proviene. También es posible utilizar distintas frecuencias para las bobinas de gradiente con el fin de que la información quede codificada en espacio de fases y que así pueda ser transformada en posiciones espaciales utilizando la transformada discreta de Fourier.


   Diagrama de funcionamiento un analizador con generador de radiofrecuencia conectado a un imán superdonductor que rodea muestra

domingo, 24 de noviembre de 2013

¿Cómo se generan las imágenes?

La imagen se genera a partir de la aplicación de pulsos de excitación de radiofrecuencia. Después, se mide la señal obtenida que generalmente es en forma de eco. Para obtener estas señales de eco, es necesario aplicar uno o más pulsos de refase de radiofrecuencia o bien de gradientes. El conjunto de cada pulso de excitación de radiofrecuencia y los pulsos (o gradientes) de refase posteriores necesarios para generar una señal que se pueda medir se llama ciclo de pulsos. Además de los pulsos de radiofrecuencia, se necesita la aplicación de gradientes de campo magnético para localizar y codificar la señal en el espacio. En IRM, estos ciclos se tendrán que repetir 64, 128, 256, 512 o hasta 1024 veces para poder reconstruir la imagen correctamente. A esta repetición se le denomina secuencia, serie de ciclos o pulsos y gradientes asociados.
La secuencia más utilizada hoy en día es la denominada secuencia eco de espín. Esta técnica consiste en un pulso de excitación inicial de 90º para inclinar el vector de magnetización longitudinal hacia el plano transversal y después uno o dos pulsos de refase de 180º para obtener así uno o dos ecos respectivamente. Si el ciclo de pulsos contiene más de una señal de eco, este es denominado multieco y cada uno de ellos forma una imagen. La secuencia produce un contraste estándar entre tejidos que depende de la densidad protónica (DP), T1 y T2. Los pulsos de refase de 180º tienen como objetivo corregir las componentes heterogeneas y no aleatorias del campo magnético y también las componentes heterogeneas en los campos magnéticos locales producidas por las diferentes susceptibilidades magnéticas de los tejidos.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Aplicaciones Médicas

El principio de la resonancia magnética se puede utilizar en el cuerpo humano debido a que este contiene pequeños "imanes biológicos". Dentro de estos numerosos "imanes biológicos" el que mejor responde es el núcleo del átomo de hidrógeno, es decir, el protón. Es por ello que la resonancia magnética es la más utilizada en el cerebro y el sistema nervioso, además de otras muchas partes del cuerpo, para obtener imágenes de ellas de alta calidad y sin causar efectos indeseados.
Esta técnica tiene tres etapas principales. La primera consiste en generar un campo magnético regular dentro del cuerpo humano colocándole en un campo magnético muy potente, pero seguro. La segunda consiste en cambiar el estado de orientación constante de los protones estimulando el organismo con la energía de radiofrecuencia. Por último, la estimulación de la radiofrecuencia termina y "escucha" al cuerpo transmitir la información en la frecuencia de resonancia mediante una antena diseñada especialmente para ello. La señal transmitida es detectada y sirve de base para la formación de la imagen requerida.
Las imágenes obtenidas mediante esta técnica son de una resolución superior a la de otras técnicas como la de rayos X y proporcionan mayor detalle anatómico ya que tiene la capacidad de distinguir múltiples intensidades de tejido blando. Los diferentes tipos de tejido aparecen en la imagen con distintos niveles de brillo. Los que contienen mucho agua son más brillantes y los que tienen menos líquido, más oscuros lo que hace que los huesos apenas sean visibles y que los músculos, ligamentos, tendones y órganos sean fácilmente identificables.

Imágenes antes y después de la administración de un agente de constraste. 
La flecha marca la zona tumoral.

La RM no conlleva riesgos para el ser humano y solo está contraindicado en pacientes con marcapasos, trasplantados de oído y los pacientes con aneurismas cerebrales. A pesar de que las imágenes por RM son caras, en ocasiones es menos costosa ya que no requiere la hospitalización de los pacientes.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Conclusión

La resonancia de imagen es una de las técnicas más potentes, útiles y versátiles para el estudio del cancer. Los científicos han invertido mucho esfuerzo en el desarrollo de nuevos agentes de contraste selectivos para poder aumentar la sensibilidad de las imágenes. Este aumento de la sensibilidad, aumentará la resolución de las imágenes obtenidas por lo que el campo de la imagen molecular mejorará sustancialmente así como la prevención de tumores cancerígenos.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Bibliografía

Laura Oleaga Zufiría y Javier Lafuente Matínez. (2013). Aprendiendo los fundamentos de la resonancia magnética.

Cajas P. Cesar. Universidad Politécnica Salesiana de Ecuador. (2013). Formación de imágenes por resonancia magnética.

Qué Aprendemos Hoy. (2013). 
Ref.: queaprendemoshoy.com/como-funciona-una-resonancia-magnetica/

Sitio de información web. (2013).
Ref.: es.wikipedia.org/wiki/Imagen_por_resonancia_magn%C3%A9tica

SERAM. Sociedad Española de Radiología Médica. (2013).